Ninja warrior España

Este programa, inspirado en el que se estrenó en Japón en 1997 titulado Sasuke, llega a Antena 3 de la mano de Globomedia. Y, como no podía ser de otra forma, los productores de la adaptación española lo adoban con ciertos ingredientes entre frikis y de reality (¡Qué daño ha hecho Gran Hermano a la producción audiovisual de nuestro país!). De esta forma, el espectador debe transigir con declaraciones de amor, llantos, dramas familiares y biografías que no interesan, en un espacio que nació para centrarse y destacar la competición deportiva. Precisamente, es la contienda entre los atletas lo que le hace distinto a los demás.

Quizá Ninja warrior España sufre las consecuencias de ese tipo de programas que se alargan por llenar minutos, que entretienen un rato pero del que no se aguantan dos horas y, también quizá, por este motivo los presentadores resultan tan forzados y tan cansinos. La prueba del algodón en este caso es doble: si quitamos el sonido podremos entender perfectamente lo que pasa y, ¡oh sorpresa!, sin aturdirnos ni alterar nuestros sentidos; por otro lado, si quitamos la imagen y sólo escuchamos a sus conductores, descubrimos la nadería de una locución histérica y desmesurada.

Otro efecto de este tipo de género televisivo es que, sin duda, es mucho más divertido vivirlo que asistir a través de la pantalla. Ver Ninja warrior es como mirar las fotos de un viaje que ni has hecho ni harás o que te cuenten una novela que no has leído: puede que entretenga, pero no atrapa. Lo que seduce de verdad es hacer el viaje o leer la novela.

Con todo, Ninja warrior España es una oferta que llega en épocas calurosas, cuando pocos siguen dispuestos a ejercitar las neuronas a partir de las diez de la noche. Así que, con el ventilador en marcha, apoltronados en el sofá y mientras despachamos nuestros mensajes de WhatsApp, los guerreros ninja son una opción para seguir con el rabillo del ojo y, si encontramos un concursante favorito, tal vez incluso nos arranque un aspaviento de ánimo o de decepción. El programa no pretende ir más allá y nosotros tampoco debemos hacerlo.

Firma: Mar Pons