Selfie

En su tercera película, Víctor García León (Más pena que gloria, Vete de mí) apuesta por un falso documental para tomarle el pulso al país. Con la mirada atrás en nombres como Berlanga, Valle-Inclán o Goya, el director madrileño busca en el esperpento la carretera por donde conducir su relato.

La premisa es halagüeña, también por el tiempo que llevamos escuchando historias reales de políticos que se han llevado algo más que el gato al agua. Por eso, y por cierta voluntad de dibujar algo más que una parodia y algo más que una única tipología de personas, el film se sostiene durante un rato. Vemos aparecer muchas cosas que nos suenan. El espejo de feria que coloca frente a la cámara García León resulta catártico en no pocos momentos.

No obstante, el recorrido final de esa fábula realista es muy corto. El guion no se atreve a dotar de arco completo a los personajes, que acaban circulando entre un escenario surrealista y otro más chocante. Esto provoca algunos efectos rápidos pero, por eso, también fugaces. Santiago Alverú se esfuerza con cierto mérito pues sostiene todo el peso del conflicto en lo dramático y lo cómico.

Firma: Lourdes Domingo