Cuánto más grande, mejor (Sabates grosses)

Ventura Pons vuelve a desilusionarnos como viene haciendo últimamente. Esta comedia –sin gracia– larga y pastosa, se presenta muy baja tanto en estilo, como en formas.

Por un lado, la realización es parecida a la de una serie televisiva. Incluso se aventura con guiños a cámara que quedan pobres, ya que el guión no acompaña al formato. Y por otro, la vulgaridad del argumento no sabe tratar con respeto temas tan candentes como la fe, el movimiento LGBTI o el catalanismo.

Es una pena, pues el planteamiento del guión y las historias reales que le anteceden son suficientemente interesantes como para construir una buena comedia.

Pero hay ocasiones en las que uno se encuentra en esta tesitura: si te diriges a tu acérrimo público, no hace falta que hagas monólogos sobre tus causas; y si pretendes seducir a nueva audiencia, tampoco hace falta que repitas lo mismo hasta aburrir. Y todavía es menos creíble que los personajes, tal y como se retratan, posean tantos conocimientos y los transmitan como si fueran una enciclopedia. La duración se hace larga y la bastez, pesada. Y si como en este caso confluyen tantos desaciertos, tenemos que Cuánto más grande… peor.

Firma: Carla Sciamma