Los casos de Victoria

Aunque llena de absurdos y situaciones extravagantes y sin ser una comedia al uso, Los casos de Victoria no sólo nos entretendrá con las exageradas dificultades para la conciliación de la vida laboral con la vida privada de la protagonista, sino que –si se lo permitimos– también nos hará reflexionar sobre la construcción de relaciones humanas sanas.

La actriz Virginie Efira borda el papel protagonista, y nos hace ver en ella a una madre trabajadora atrapada en una crisis de ansiedad ya al borde del colapso emocional. Su vida laboral contamina la familiar e íntima y, pese a las sesiones de psicoanálisis, de videntes y un extraño acupuntor, la falta de control la acorrala cada vez más y la sitúa sobre una fina capa de hielo.

Su casa, sus hijas (parecen más bien dos animales salvajes entregados a la anarquía) y sus amistades más cercanas son el claro reflejo del caos interior de la protagonista. Además, en el intento de llenar su vacío sentimental, Victoria mantiene citas en su habitación con hombres que ha contactado a través de internet y que, resultando todas un completo desastre, la sumergen, cada vez más, en una incontrolada insatisfacción y vacío emocional. Este bucle tóxico en el que se ha convertido su vida será lo que la conduzca a un necesario despertar que le permita alcanzar la liberación de su personaje.

Pese al cúmulo de disparatadas situaciones y los personajes lunáticos que forman parte de la vida de la protagonista, el guión nos mantiene dentro de la historia y nos induce a compartir la resignación que la protagonista siente por su caótica y fatídica cotidianidad. De este modo se consigue que, una vez acabada la película, sigamos reflexionando sobre las verdaderas prioridades y la importancia de encontrar un sano equilibrio en la vida.

Firma: Estefanía González