It

Nueva adaptación del relato de Stephen King en un film de terror. A pesar de sus protagonistas la trama va destinada a un público adulto.

Tras el filón abierto por la exitosa serie de Netflix, Stranger things, It no solo recupera la adaptación a la pantalla de la novela de Stephen King, sino otro viaje a los ochenta en formato de largometraje, de la que este film es tan solo el capítulo uno.

La época no es la única similitud con la serie de los Duffer. El humor afilado de los chicos, también aquí en boca del joven Finn Wolfhard, uno de los protagonistas de la película (y encargado de verbalizar todo chiste verde dentro del grupo de los perdedores).

Bromas aparte y por mucho niño que actúe, por cierto, con una naturalidad e inocencia fantásticas, It es una producción para un público adulto o capaz de encajar temas de calado en una trama aparentemente más simple. Acoso escolar, sexual, duelo por un ser querido, el proteccionismo e hipocondría de los padres, racismo, violencia… estos loosers no son víctimas de un miedo cualquiera. Los conflictos son potentes, están bien tejidos y, al final, encauzados desde la amistad y la lealtad.

Las actuaciones de los adultos también están a la altura, en especial, la de Bill Skarsgård, que borda el papel de Pennywise con una interpretación digna del terrorífico payaso y a la que, por otro lado, ayuda el loable trabajo de efectos especiales y caracterización de personajes.

Lo único reprochable es la falta de organicidad en algunos momentos, en los que la película puede resultar previsible para el espectador curtido.

Firma: Begoña Arribas