TVE sorprende con un formato de concurso musical ya explotado en La 1 pero cuyo nivel esta vez supera con creces a todo lo anterior.
TVE sorprende con un formato de concurso musical ya explotado en La 1 pero cuyo nivel esta vez supera con creces a todo lo anterior.
La desaparición de dos niñas desestabiliza la vida rural de un pequeño pueblo. Secretos, traumas, venganzas y un trabajo policial deficiente son la chispa de este trágico incendio.
Un formato ya conocido en La 1 donde los concursantes interpretan una canción de la década elegida y tendrá la opción de llegar a la gran final.
Historias de culebrón para un drama médico poco convincente.
Una producción que naufraga por exceso de ambición en su planteamiento y defecto de interés en la historia que narra.
Podría ser un perfecto producto familiar si sus guionistas supieran prescindir de las referencias continuas, y poco delicadas, a los hábitos sexuales (de perros y humanos). Pero no saben.
Pura magia desaprovecha el potencial del buen ilusionismo y se contenta con un formato demasiado común y, por ello, poco sorprndente.
Conocer gente es siempre enriquecedor, a veces por afinidad y otras por disparidad. En cualquier caso, el ser humano, como ser sociable que es, encuentra en sus semejantes una ocasión para atesorar historias.
Engañosa ficción (abanderada del feminismo) que muestra solo una versión y que aprovecha los temas “de moda” para atraer nuestra atención.
Fugitiva promete ser una serie que no es y ni el resultón envoltorio puede disimular el vacío de su contenido.