50 primaveras

50 primaveras es una película que se ocupa de la llegada a los 50 de toda mujer, y lo hace desplegando un catálogo de situaciones tópicas con un cierto aire a feminismo.
Afortunadamente Lenoir termina elevando la película por encima de la reivindicación y de los clichés y nos acerca una historia agradable y real.

No es un dramón ni tampoco consigue ser algo muy profundo, pero lo que seguro que logra es enternecer a base de una buena actuación y guión.

Agnès Jaoui (Un cuento francés, Je suis à vous tout de suite) borda un papel totalmente creíble con el que aporta un buen anzuelo al film. Y junto con los gags precisos, ambos hacen de esta historia un urgente retrato de un tema muy común del que pocas veces se habla.

Igual que en la temática, 50 primaveras también toma riesgos en su ejecución. Aguanta planos largos que ahondan en miradas y las deja hablar por sí solas, así como en escenas sobre la maternidad. Algunas de estas quizás puedan incomodar. Sin embargo, se muestran muy potentes en su contexto. Lo que sí que es cierto es que, pese a la coherencia de esas secuencias, hay alguna cuyos riesgos te catapultan fuera del realismo que ha impreso el film hasta el momento.

“Las viejas no me dan miedo, pero me da miedo hacerme vieja”. Pues de manera cómica, este precioso relato nos hace reflexionar acerca del paso del tiempo y de cómo cuesta asumirlo. Y mientras, nos habla de la familia y de la importancia de permanecer unidos.

Firma: Carla Sciamma