A ciegas

Basada en el libro de José Saramago Ensayos sobre la ceguera, la película evoca una historia apocalíptica y en clave parabólica sobre las relaciones humanas y sociales y el papel de la política –en sentido amplio- en todas ellas.
 
El director de Ciudad de Dios y El jardinero fiel retoma dos de los temas de sus anteriores películas -la violencia cuando el hombre se degrada y los roles dentro del matrimonio- para trabajar una dura historia que compara, metafóricamente, la ceguera física con la interior, que conduce al egoísmo.
 
Además de las lecturas en clave política (la fragilidad de los gobiernos, de las estructuras sociales y sus relaciones), tan asentadas en la literatura del premio Nobel portugués, están las antropológicas y sociológicas, no exentas de pesimismo y crudeza. Crudeza tamizada, en parte, en algunas escenas, como la de la violación, pero escabrosas en definitiva.
 
Por otra parte, el hecho que no se dé respuesta al origen de la enfermedad, ni al trato denigrante que reciben los enfermos, responde, como la ausencia de nombre propio de cada uno de los personajes, al sentido parabólico del relato. No importa lo concreto ni la historia particular. Importa el sentido comparado y universal que pueda tener el argumento. Esto, que en la novela quizá funciona con más facilidad, en la película arrastra un poso de artificiosidad, que se evidencia más en el final complaciente y algo “Deus ex machina”. En él, se alude a un sentido trascendente que no acaba de ser explicado ni bien encajado en el guión y se refuerza al narrador en off algo literario e improvisado en la última parte del film; lo que conduce a un tercer cambio en el punto de vista. Una decisión arbitraria y poco convincente.

Firma: Lourdes Domingo

Extras DVD:

• Audio: inglés, castellano
• Subtítulos: inglés, castellano
• Tráiler
• Ficha artística y técnica
• Filmografías selectas