Astérix y Obélix: al servicio de su majestad

El afán por trasladar del papel al celuloide a estos dos personajes de cómic es una tarea difícil, más aún si se tiene en cuenta la personalidad de los héroes de la resistencia gala.

Esta película intenta analizar un poco más a fondo la relación entre Astérix y Obélix, “dos amigos que viven juntos y tienen un perrito”. Una vez que los protagonistas se plantean si eso que son en la actualidad es lo que quieren ser el resto de su vida, Astérix decide buscar una mujer, misión en la que se basan varios gags del film. Por otro lado, Obélix la encuentra sin buscarla, y esta relación sacará a relucir su lado más bonachón y, finalmente, afianzará la amistad entre los dos protagonistas, quienes continuarán siendo “dos amigos que viven juntos y tienen un perrito”.

No se trata del único estereotipo de la película. Indigentis es un individuo “sin papiros”. Se trata de un personaje comodín, que se utiliza como fuente de chistes sobre la inmigración, que quizá no son del todo adecuados.

Precisamente, sobre estereotipos se basa esta película, y eso no tiene por qué ser algo malo, siempre que se respete a la persona. De hecho, la gracia, si es que la tiene, es la contraposición entre el carácter y humor británico y el galo. Quizá uno de los problemas sea el doblaje. Probablemente, el humor del film esté basado, como en el cómic original, en los juegos de palabras entre galos y británicos, y esta gracia se pierde con el doblaje.

En entregas anteriores podíamos encontrar algún personaje secundario que nos hiciera más amable el visionado, como Numerobis en Astérix y Obélix: misión Cleopatra. Sin embargo, los personajes secundarios de esta entrega, como el adolescente Gudúrix, se hacen pesados y, en ocasiones, el afán de los guionistas por llevarlos al chiste fácil les deja en evidencia. Quizá la más entrañable de todos ellos sea Miss Macintosh, la institutriz severa y austera de Ofelia, que es absolutamente fiel a las costumbres bretonas tradicionales.

En esta ocasión son dos los libros llevados a la gran pantalla. Astérix en Bretaña marca el argumento principal, mientras que Astérix y los Normandos intenta aportar contenido y personajes a una trama desinflada. Sin embargo, lo que consigue es despistar al espectador con una línea narrativa paralela totalmente prescindible, salvando, quizá, un gag al más puro estilo My fair lady.

En fin, no es una mala opción si lo que se busca es desconectar y apagar el cerebro un rato, pero desde luego no encontraremos diálogos ni humor inteligente.

Firma: María Bofarull