Bailando la vida

Desde Danzad, danzad, malditos hasta La tribu, las películas de baile siempre han sido una propuesta con triunfo asegurado. El público se entrega para disfrutar de la música, los pasos y la competición. Sin embargo, este fenómeno no siempre ha venido acompañado de calidad o de sorpresa. Por ello, quiero empezar diciendo que, en este caso, el baile actúa como telón de fondo para adornar una historia sobre segundas oportunidades, familia y amor.

Richard Loncraine (Más vale sola que mal acompañada) dirige un libreto que enternece y entretiene, firmado por Nick Moorcroft (Urban hymn y St. Trinians) y la novel Meg Leonard. Sin embargo, el punto fuerte no está tanto en la trama como en el elenco con el que Loncraine se rodea: Imelda Staunton (Harry Potter y la Orden del Fénix), Celia Imrie (El diario de Bridgete Jones) Timothy Spall (Mr. Turner) Y David Hayman (El niño con el pijama de rayas), entre otros.

Gracias a la elegancia y buena interpretación de los británicos, se consigue que la comicidad y el drama calen hondo. Entonces, no molesta la previsibilidad del film sino que uno se deja llevar por la buena actuación y los guiños del guión para reflexionar sobre el envejecimiento, la renunciación o la traición.

Firma: Carla Sciamma