Carol

Con este nuevo título, Todd Haynes (Los Angeles), tomando como base una novela de la escritora Patricia Highsmith, nos traslada a la ciudad de Nueva York de los años 50 con una recreación de aquella época cuidadosamente ceñida al tiempo: los interiores en cafés, restaurantes y edificios son fielmente representativos, así como lo son los precisos detalles exteriores. Entre ellos se observa una magnífica escenografía con varios modelos de automóviles (los Packard’s o Buick’s de aquel entonces) que ahora harían las delicias de los aficionados a aquellos modelos.

Haynes, después de varios cortos en sus inicios, dirigió posteriormente interesantes cintas entre las que destacan Lejos del cielo en 2002 y I’m not there en 2007. Esta última también con la participación estelar de la australiana Cate Blanchett, protagonista también en este nuevo título por el que la actriz Roonie Mara consiguió el Premio a la Mejor Actriz en el Festival de Cannes 2015. La película sigue nominada para varios de los Oscar de este año.

Al principio de Carol, una canción nos recuerda que “Es Navidad… y en todas las esquinas suenan sonoras campanillas de plata…” Un tema que nos sitúa en una época del año en la que todo rezuma felicidad y amor hacia nuestros semejantes. Pese a que eso es cierto, también en la Gran Manzana, ahora y en aquellos años, desarrollaban sus vivencias toda clase de seres humanos, cada uno con sus problemas y sus oportunidades, pero también con sus necesidades afectivas. Sueños rotos, sujetos inmersos en una serie de despropósitos que les afectaban en grado sumo, adaptando su presente a un nuevo futuro lleno de complejidades y profunda desazón.

Y todo esto sucede en Carol, cuando la palabra “amor”, en su definición habitual, por motivos trascendentales, o no, pierde su más auténtico significado. Desaparece en su ámbito familiar natural, aunque persiste su capacidad de transmitirlo y, por supuesto, en la todavía más humana, necesidad de recibirlo.

Therese y Carol son dos seres, dos mujeres, muy distintas entre sí aunque metidas de lleno en esta problemática que afecta de forma paulatina el normal desarrollo de sus vidas y por ende el de sus seres más próximos. Posiblemente, sea esta situación la que las conduce al punto de confluencia donde encuentran momentánea ilusión personal (en algunas escenas con excesiva expresividad) aunque con ello transformen su futuro en una incierta quimera.

Firma: Joaquim Guitart