Chappie

Terri Tatchell vuelve a trabajar con Neill Blomkamp tras el film de culto District 9, que les dio a conocer en 2009. A Blomkamp no le sentó muy bien entrar en la primera línea de las majors con Elysium, que recibió críticas negativas y poco reembolso en taquilla.

Con Chappie estamos ante una mezcla de RoboCop y Cortocircuito, dos películas de los años 80 con los robots, grandes corporaciones y los poderes públicos interaccionando en el guión. Ahora, se añaden unos elaborados efectos especiales en el manejo del cuerpo de androides, más violencia y una carencia de sofisticación o sugerencia en las tramas. Tampoco se asoma nada nuevo a esta falsa vuelta de tuerca a la inteligencia artificial y se antoja bastante infantil su visión político-social de la delincuencia. En esto último, conecta con la saga Transformers, de la que también asume un abuso de música y ruido que aceleran aún más la acción.

A pesar de ello, Chappie se balancea hacia una subtrama prometeica en la que domina un tono sentimental y donde se exhiben las fases y procesos del vínculo creador-criatura. Estas analogías bíblicas y cinematográficas, planteadas sin vergüenza y con evidencia, resultan algo simples pero logran humanizar un trama aquejada de exageraciones lamentables, como la del personaje de Hugh Jackman, una especie de Salieri desalinizado.

Para acabar de sellar el producto, los escenarios de Johannesburgo, donde se ha rodado el film, están vestidos con unos cuantos y gigantes anuncios de importantes multinacionales que acaban con la poca magia que quedaba. Con estos puntos sobre las “íes”, Chappie parece que llega para quedarse y probar suerte como franquicia múltiplataforma.

Firma: Lourdes Domingo