Creed. La leyenda de Rocky

A primera vista Creed podría parecer una entrega más en la saga de Rocky, un intento desesperado para no jubilar del cine a un casi anciano Sylvester Stallone. Pero viendo la película detenidamente, parece que podemos estar delante de una primera entrega de otra saga, la de Johnson Creed o Adonis Johnson interpretada por Michael B. Jordan. Y es que este film guarda algunas similitudes con Rocky (1976), la primera entrega, pero aquí el ritmo es mucho más trepidante y, como es lógico, al haber cuarenta años de diferencia con esta entrega, todo es más espectacular: sonido, efectos…

En este caso, el aprendiz de boxeador es el hijo del primer gran rival de Rocky Balboa y el viejo entrenador es el mismo Rocky, una vieja gloria apartada del mundillo del boxeo y que trabaja en el restaurante de su difunta esposa Adrianna.

Las escenas de combate están rodadas en planos secuencias, con cámara al hombro y desde el interior del cuadrilátero, lo que añade mucho realismo; sobretodo porque las instrucciones de los entrenadores, que están fuera de campo, se oyen a través del sorround a un lado y otro del espectador. La épica se reserva para los entrenamientos muy al estilo de las primeras entregas. En este film se mezcla épica, acción, drama y un poco de humor, con un resultado muy satisfactorio de modo que el visionado -dos horas y diez minutos- sea bastante ameno y entretenido.

Esta séptima película en torno al mítico boxeador la protagoniza el hijo del jugador de baloncesto Michael Jordan, Michael B. Jordan (Cuatro fantásticos). El reparto lo completan Wood Harris (Ant-Man, Justified: La Ley de Raylan), Tessa Thompson (Dear White People, Selma) y Ritchie Coster (True detective, Déjame entrar). La dirección corre a cargo de Ryan Coogler, que debutó en el mundo cinematográfico con Fruitvale Station (2013), galardonada en el Festival de Cannes.

Firma: José María Rossy