Mamma mia! Una y otra vez

La directora de Mamma Mia, Phyllida Lloyd (La dama de hierro) pasa el relevo a alguien más joven aunque experimentado en comedias: Ol Parker (Ahora y siempre, Rosas rojas, El exótico Hotel Marigold). Parker también se encarga del guión en vez de Catherine Johnson, la cual no solamente escribió la primera entrega, sino que también había creado el libro del musical.

Por desgracia, a Parker se le escapa de las manos; todos estos cambios se fraguan en un guion carente de interés y dirección. La trama no va a ninguna parte y muchos personajes entran y salen del guión a sus anchas mientras se indaga sobre el pasado de los tres romances. Parker suple las carencias narrativas con música y parece que los diálogos se construyan por y para las canciones. Si en la primera versión se desveló la historia, ahora ya todo está contado y, pese a alguna pequeña sorpresa, lo único que queda de interés es el compás de ABBA y exprimir a sus protagonistas.

Sí es cierto que el vaivén de pasado-presente, pese a enredar un poco, aporta un mínimo de interés argumental y de caracterización. Las versiones en joven de las estrellas están muy bien logradas y dramatizadas. En este aspecto, los cambios de planos juegan una fuerte baza, dando ritmo y sentido al avance de la narración.

No obstante, Mamma Mia! Una y otra vez es una verdadera explosión de color, baile y música. Ya no son solo las canciones, sino que se nota que La la land ha dejado huella y los bailarines se apoderan de coreografías espectaculares dignas de ver.

Sin embargo, como vamos al pasado de Donna, el film abunda una vez más, a través del off pero con ligereza y superficialidad de fondo, en su agitada vida sentimental. Eso así, aunque la consistencia de los personajes deja mucho que desear, la joven versión de Meryl Streep está brillantemente interpretada por Lily James.

Firma: Carla Sciamma