No te preocupes, no llegará lejos a pie

Gus Van Sant, productor y escritor norteamericano, nacido en Louisville y, en su momento, candidato al Oscar por El indomable Will Hunting, llega a nuestras pantallas al tiempo que guionista y director de este largo título.

Ciñe su relato a partir del trágico instante en que cambió por completo la vida de su protagonista Jim Callahan, convirtiéndole en un ser carente de movilidad y adicto permanentemente a la bebida.

No te preocupes, no llegará lejos a pie, por su carácter biográfico, nos muestra en su primera fase a un ser sin apego alguno a los más elementales recuerdos familiares o sentimentales; quizás por ello su vida transcurre en un constante desprecio a su propia existencia, sin mesura ni fronteras que le otorguen el más mínimo sentido de responsabilidad.

En realidad, la estructura de la película da comienzo a partir de aquel instante en que todo cambia para el protagonista (genial el actor Joaquin Phoenix) al tener que comenzar a dar valor a los que le rodean; algunos de ellos con distinta problemática, pero también con distintas expectativas para todos aquellos que forman parte de su dramático círculo vital. Sin olvidar a un personaje, con evidente particularidad gay, que dirige los círculos de recuperación y con el que, posiblemente, el propio director del film ha querido personalizarse quizás.

El entramado de la cinta es duro, por varias secuencias y por su desarrollo visual, con algunas escenas de indudable morbo, todo y teniendo en cuenta la relativa justificación del guión.

Y es que, como se comenta en la película, “A veces se hace muy difícil enseñar a tener fe en los demás”. A veces…

Firma: Joaquín Guitart