Ocean’s 8

Del film de 1960 dirigido por Lewis Milestone y engendrado argumentalmente por George Clayton Johnson y Jack Golden Russell salió una saga en 2001 que Steven Soderbergh supo rentabilizar con éxito y simpatía.

Agotada en su versión masculina, el mismo Soderbergh y su también productora, Susan Ekins relanzan el espíritu desde el lado más femenino y en el año del “#MeToo”.

Gary Ross (Seabiscuit, más allá de la leyenda, Los juegos del hambre) y Olivia Milch, en el que es su segundo guion, siguen la pauta base de la franquicia: un elenco que brilla tanto en taquilla como en eficacia interpretativa y que da también salida a rostros menos conocidos; acompañado de un diseño de espacios y, sobre todo, de vestuario aún más sobreactuado que en los Ocean’s men (lo que debe haber disfrutado Sarah Edwards…); un sentido del humor que no busca la carcajada sino más bien la complicidad y el punto justo de venganza aceptada y cariño a los que están cometiendo delitos.

Para algunos espectadores, quizá la fase inicial de reclutamiento, adolece de ritmo. Sin embargo, ya estamos acostumbrados, más con la estela de Vengadores, a esos arranques donde vamos visitando uno a uno a los múltiples protagonistas. La cosa mejora hacia la mitad bien avanzada, especialmente en el tramo del MET; cronometrado y bien montado. Y, sin querer exponer muchos más datos o estrategias, la película se cierra con cierta complacencia, como esperando que el público ya esté seducido para acoger una nueva saga con Bullock, Blanchett y más ladronas asociadas.

Firma: Lourdes Domingo