Dancer

Dancer nos acerca a una historia real de una manera simple pero firme. Steven Cantor, sustentado por su larga trayectoria (Blood Ties: The Life and Work of Sally Mann, Devil’s playground…), nos muestra una vez más que sabe hacer bien las cosas. Y es que no hace falta inventar nada nuevo para que un producto quede sólido.

Sí que es cierto que Dancer es un documental con el viento a su favor: los testimonios son de primera mano, existen muchas imágenes de archivo y también vídeos caseros de Sergei Polunin. Sin embargo, con todo eso, Cantor sabe mezclar con maestría estilos bien diversos y construir ajustadamente la narrativa.

En este contexto, el guión gira entorno a la presión que sufren los niños estrellas mientras, poco a poco, desgrana los fantasmas que se esconden detrás de estos prodigios. Polunin ya a temprana edad fue asemejado a Rudolf Nuréyev. Con doce años le llamaban la bestia elegante. Ya desde pequeño se enfrentó a un mundo competitivo y adulto. Y su última coreografía consiguió más de 19 millones de visitas en YouTube.

Si al espectador le gusta el baile, además acompañado de una bella reflexión sobre la vida y el valor de la familia y cómo un bailarín se reinventa para encontrar sentido a lo que hace, Dancer es una apuesta segura.

Firma: Carla Sciamma