Deber cumplido

Ya son muchas las películas que retratan las secuelas que deja una guerra en el ser humano. Hace poco, La escala reflejaba las distintas maneras que tenemos de reaccionar ante los traumas, y ahora Jason Hall se enfoca en el desenlace de esa herida.

A este tema, que ya tiene fuerza por sí solo, Hall le añade una reflexión sobre la libertad personal ante la toma de decisiones. Para ello, se plasman distintos estereotipos de situaciones que pueden interponerse a la hora de pedir ayuda o tomar una buena determinación. Hay quien se rinde, quien pide ayuda, quien decide ser optimista…

Pero, ¿qué pasa cuando uno lucha por vivir y las trabas burocráticas se lo impiden? El director también lanza un mensaje de crítica que enfrenta la delicada situación de una persona individual con la ineficacia de una gran máquina como es el estado. De este modo, pese a no albergar un guión original, ni querer detallar el conflicto de Iraq, el resultado es potente.

Jason Hall escoge desarrollar la trama a través de tres personajes (Miles Teller, Beulah Koale y Joe Cole). Sus interpretaciones, especialmente la de Teller, son muy cuidadas tanto en los momentos de virilidad como en los que se han de mostrar vulnerables.

Firma: Carla Sciamma