Después de esto

Querer meterse en la mente de un adolescente siempre ha sido un reto para los cineastas. Lo es más cuando nos acercamos a vidas de jóvenes con problemas, sobre todo por pertenecer a familias desestructuradas. Pero el reto es aún mayor cuando se pretende abordar un drama en el que el eje de acción es el intento de reinserción de un muchacho con antecedentes de asesinato.

Magnus von Horn debuta con este largometraje en el que se sumerge en la vida de un adolescente atormentado por la culpa. Va desgranando muy despacio los porqués que se generan en los espectadores. El director prefiere ir alimentándolos poco a poco, invitando de esta forma a acercarnos con cuidado a la mente de John.

La crudeza del film, que incluye la ausencia de banda sonora, se suaviza con los planos pausados del director de fotografía, Lukasz Zal, que aprovecha la inmensidad de los paisajes suizos para acercarse al interior del protagonista. A la hora de acciones violentas, von Horn sabe distanciarse y prefiere jugar con el fuera de cámara y la lejanía. Sin embargo, varias situaciones se convierten en previsibles, lo que hace flojear al guion en algunos puntos álgidos.

Pocas historias abordan de manera adecuada un trauma como este. Y es que, en medio de historias de adolescentes perturbados, Después de esto sabe retratar hábilmente la soledad y la violencia que crece dentro de un chico con graves problemas a quien hasta su familia rechaza.

Firma: Elena Mira Jarillo