El día más feliz en la vida de Olli Mäki

Ganadora del premio Un certain regard en el pasado festival de Cannes y del Discovery Award en los premios del Cine Europeo, esta película finlandesa parte de un personaje histórico propio de su país y de su cultura deportiva.

El día más feliz en la vida de Olli Mäki, ópera prima de Juho Kuosmanen, apuesta por una filmación en blanco y negro que, por un lado, imagino quiere remarcar el carácter histórico y documental de la historia pero, por otro, supone un lastre para la narración de la misma; sobre todo si se tiene en cuenta la cantidad de películas de boxeo (en color) que recordará el espectador nada más reconocer las claves de este deporte tan cinematográfico. Así, el punto de partida en este contexto es todo un reto.
El día más feliz en la vida de Olli Mäki está desaprovechada: parte de un buen material, de un personaje atractivo y el equipo lleva a cabo una buena realización, un excelente uso de la música y parece que los actores también están a la altura… de lo que les deja el guión. A Mikko Myllylahti y Juho Kuosmanen se les ha escapado el agua entre las manos. Tras el intento de contar la irrupción del amor en una historia de superación, no hay más que un protagonista a merced de la inmadurez y la indecisión, sin conflicto visible, sin acción. La historia de boxeo es casi inexistente, carente de emoción y únicamente centrada en representar a los medios de comunicación como acosadores incansables. Muy poco verosímil, tratándose de un mundial de peso pluma.

Si a todo eso añadimos un ritmo nórdico, planos de contemplación, conflictos puramente dialogados y la infantilización de un personaje ya infantilizado y distante, su día más feliz no es capaz de entretener a un espectador que está acostumbrado –y se merece– mucho más.

Firma: Begoña Arribas