El hombre de las mariposas

Maxi Valero, quien cuenta entre sus trabajos con alguna TV movie y película de escasa proyección, dirige y escribe un drama con apuntes de thriller, en el que se pone especial atención en el aspecto formal. Los primeros 40 minutos nos presentan al solitario Sergei con silencios alternados con una excelente banda sonora en ruso, que a ratos ralentiza el discurso y puede aburrir al espectador.

Esta intención formal de Valero también se percibe en las escenas más violentas, concentradas en la última parte del largometraje, que buscan el esteticismo de películas como Mátalos suavemente o Drive o de la filmografía de Quentin Tarantino. Valero completa esta muestra formal con planos de marcado carácter teatral.

Respecto a la relación imposible de los dos protagonistas, el tío y su sobrina, no cae en los tópicos del cine más comercial, sino que es más realista y sincera, pero peca de excesiva frialdad. Asimismo, se entrevé un alegato a favor de la eutanasia en una subtrama que no acaba de desarrollarse y da la sensación de añadido.

El hombre de las mariposas habría sido una buena película si no fuera por el pesimismo, la lentitud del guión y el tenue retrato de la convivencia forzada entre el exmilitar y la niña. Recomendable, sobre todo, para los estudiantes de cine porque disfrutarán por su cuidado aspecto formal.

Firma: Montserrat Bros