El juez (2014)

El director de comedias más que ligeras (El cambiazo, Fred Claus o De boda en boda) se hace responsable del argumento y la dirección de un film sobre raíces de diversa clase.

Con la ayuda de Nick Schenk (Gran Torino), David Dobkin habla de la relación padre-hijo, de la capacidad de perdonar y confiar en los seres más cercanos, de la desestructuración familiar en varias modalidades, de la entrada en la vejez y la enfermedad, y también de lo que constituyen los fundamentos de la justicia y su correspondencia con la verdad al completo y en todo su contexto.

Muchos asuntos y muchos minutos. Sin embargo, gracias a un equipo de buenos actores se facilita la tarea que no siempre consigue el ritmo, la unidad o la sutileza precisa, sobre todo en el despliegue de la parte más melodramática, muy subrayada en diversos pasajes.

Por otro lado, lo mejor se ofrece a través del parentesco paterno-filial herido desde hace años. Ese conflicto se muestra de manera paulatina y bien vinculado con otra de las tramas principales, en un duelo de actores que demuestra la mirada predominantemente masculina del guión. No obstante, en el trabajo de Dobkin llama la atención una fotografía algo plana, que encara el Medio Este norteamericano con una luz cercana al telefilm.

Con todo, el espectador se encuentra en El juez con una historia narrada al estilo clásico -en lo judicial y familiar- pero con los añadidos que la vida contemporánea ha insertado en las actitudes y vivencias de los protagonistas.

Firma: Lourdes Domingo