Los legendarios Estudios Ghibli revolucionaron en los 80 el mundo de la animación. Hayao Miyazaki, cofundador de la productora, dirigió sus principales producciones convirtiéndolas en auténticas obras de arte. Películas como Ponyo, Porco Rosso, El viaje de Chihiro o El viento se levanta se han hecho un hueco en la Historia del Cine, amén de un lugar de culto entre los muchos devotos de la animación japonesa.
Pero en 2013 Miyazaki anunció su retirada y los Estudios han tenido que acometer su reestructuración, con serias posibilidades de desaparecer. Mientras tanto, su legión de artistas continúa sus procesos creativos y estrenan El recuerdo de Marnie, el primer título de Ghibli sin sus fundadores a la cabeza y la segunda que Yonebayashi dirige para los estudios (tras Arrietty y el mundo de los diminutos).
El recuerdo de Marnie adapta una novela infantil de la escritora inglesa Joan G. Robinson. Gustará, por tanto, a un público preferentemente femenino y preadolescente, que disfrutará con los sufrimientos de Anna, se dejará seducir por los atardeceres y por los bailes a la luz de la luna y asistirá intrigado a la magia de Marnie y su lugar en el tiempo.
Además, la película trata temas interesantes como el egoísmo de algunos padres que desatienden a sus hijos, la crueldad de algunos niños en la escuela con sus compañeros o la dificultad para entender el sufrimiento de los menores especialmente sensibles. A pesar de ello, el film no resulta amargo ya que la luz se impone y los personajes positivos, como los tíos Owia o la magnífica amiga Sayaka, son los que acaban dominando la historia.
Para el público adulto, fanáticos de Ghibli excluidos, esta apuesta resulta bastante escasa. Acusa un exceso de lugares comunes y de momentos lacrimógenos rozando (e incluso raspando) lo cursi y ñoño. El guion se embarra en bastantes momentos y la voz en off resulta cansina y superflua, empeñada en radiar lo que ya estamos viendo en pantalla y no dejándonos descubrir en las imágenes los sentimientos que nos quieren trasnmitir.
Tampoco la calidad visual es a la que Miyazaki nos tenía acostumbrado. Combina el dibujo nítido de los personajes con la pincelada suelta de los paisajes y el contraste no siempre es acertado. La gestualidad nos recuerda demasiado a series televisivas japonesas de no muy glorioso recuerdo, tipo Candy Candy, aunque también favorezca la nostalgia de productos memorables como Heidi o Marco. Algunos momentos, como la tormenta en el silo, tiene fuerza dramática y una plasticidad vigorosa, pero la mayoría de las escenas abusan de la luz efectista o de los mohines infantiloides.
La música está al servicio de la emoción constante y de la lágrima fácil. Es de agradecer la inclusión en la banda sonora de una de las piezas españolas más bellas e importantes, como es “Recuerdos de la Alhambra” de Francisco Tárrega aunque, a pesar de su belleza, acaba también resultando excesivamente recurrente.
En definitiva, El recuerdo de Marnie puede resultar decepcionante en relación con tradición Ghibli. Sin embargo, no deja de ser una bonita historia con una factura audiovisual emocionante y correcta.
Firma: Esther Rodríguez
Director: Hiromasa Yonebayashi
Guionistas: Ando Masahi, Keiko Niwa
Intérpretes: -
País: Japón
Fecha estreno: 18/03/2016
Lenguaje: Coloquial
Anna tiene doce años, muy poca salud y ningún amigo. Pero lo que más le hace sufrir es ser consciente de su propia infelicidad, odiarse por ello y no aceptar a su madre adoptiva que parece quererla con locura.
Para superar sus crisis de asma, el médico recomienda un cambio de aires, por lo que Anna se va al campo con unos tíos suyos. Allí conocerá a Marnie, una risueña y solitaria niña de su edad con la que entablará una fuerte amistad. El problema vendrá, sin embargo, porque Marnie y Anna parecen vivir en épocas distintas.
Título original: Omoide no Mânî
País: Japón
Duración: 103'
Fecha producción: 2014
Distribuidora: Vértigo Films
Color: Color