El secreto de una obsesión

El director Billy Ray –con dos brillantes títulos a sus espaldas como guionista de Capitán Phillips y guionista y director de El precio de la verdad–, después de unos años de inactividad, firma esta nueva producción norteamericana recordando en su esencia a la ganadora argentina en 2010 del Oscar a La Mejor Película de habla no inglesa: El secreto de sus ojos. Para ello ha contado con un cuadro de protagonistas de indudable atractivo. Sin duda alguna, unos créditos compuestos por Julia Roberts y Nicole Kidman, con la inclusión de Chiwetel Ejiofor en los papeles principales, ya presuponen especial incentivo para el espectador.

En lo concerniente a la estructura de esta nueva cinta que llega ahora con cierto retraso a nuestras pantallas, hay que destacar un guión con especial composición actoral –los intérpretes anteriormente citados copan, casi en exclusiva, los ciento y pico de minutos de la cinta– y con especial visualización interior en la que el director de fotografía consigue una singular ambientación de interiores en oficinas del Estado. Allí, sus dirigentes actúan más condicionados por los terribles sucesos acaecidos tras el 11 de septiembre en Nueva York que por determinados casos en los que integrantes de los citados cuerpos puedan estar de alguna manera involucrados.

A lo largo de su bien estructurado guion, pese a ciertas lagunas en el tiempo y localización de los hechos, permanece infatigable la búsqueda del culpable de un brutal asesinato que afecta poderosamente a la Fiscal Jefe de una delegación del Departamento de Investigación Nacional. Esta circunstancia confiere a la cinta una motivación principal, rodeada de algunas escenas de extrema violencia, pese a las circunstancias emocionales que afectan a unos de forma afectiva y a otros con evidente sorpresa y pasmosa incredulidad ante una increíble obsesión.

Una obsesión que en este caso forma parte del terrible e inesperado secreto final.

Firma: Joaquín Guitart