El virus del miedo

Pasmo. Esta es la sensación después de contemplar el 26º nuevo título del premiado director catalán. Sí, por dos razones que justifican ampliamente el calificativo. Esperábamos bastante más de un nueva película de Ventura Pons en este transcurso de su excelente carrera cinematográfica y, en segundo lugar intuíamos también una definición cinematográfica con mejor desarrollo y más calor humano. Ambos detalles brillan por su ausencia.

“El virus de la por”, basada en un simple gesto anecdótico, el beso cariñoso de un entrenador a un niño asustado y las reacciones posteriores de la familia y de la propia directora del centro, no parece que puedan justificar una serie de tan airadas reacciones como demuestra el débil y escueto guión, con actuaciones tan desafortunadas derivadas de tan débil objetivo argumental.

Y es que esta nueva cinta deja en el aire la verdad…o la mentira, con muy débiles muestras de la auténtica realidad de los hechos. ¿Sucedió de verdad, o fue simplemente un detalle anecdótico?

Es natural que, a veces, determinado gesto pueda llegar a originar violentos comportamientos de rechazo. Por supuesto que es posible y, en ocasiones hasta exigible que cualquier acto que atente contra la indefensión infantil, tanto en su aspecto moral como en el de superioridad física, sea excluido de nuestras vidas y debidamente sancionado. Y aquí, lamentablemente, queda en el aire.

Lástima, porque el tema daba para bastante más.

Firma: Joaquín Guitart