En la casa

François Ozon retorna con una historia algo más estrambótica y surrealista que su anterior Potiche, mujeres al poder, pero menos que Ricky, la historia del bebé al que le salían alas.

De nuevo recurre a un dramaturgo, esta vez español, Juan Mayorga, para escribir el guión. De El chico de la última fila a En la casa media la mirada de este director de cine que siempre encuentra algún aspecto de la realidad que satirizar y sobre el que reflexionar a la vez.

A través de este subversivo relato de maestro-discípulo, se configuran unas tramas que mezclan elementos tanto de drama, thriller, comedia e incluso género fantástico por la ambigüedad con que se dibujan los límites del mundo real y el literario. Parece que este 2012 viene lleno de películas sobre escritores, amantes de la lectura o profesores en conflicto con su creatividad y con el mundo habitado por seres de carne y hueso. Ruby Sparks, El ladrón de palabras, Amor y letras o incluso El enigma del cuervo completan, con En la casa, estos cinco títulos tan metaliterarios como ávidos de ilustrar al espectador.

Ozon mezcla la trama de aprendizaje, ya citada, con la del intruso que vampiriza la vida de los seres con los que entra en contacto en persona -la familia Artole- o bien a través de sus escritos –Germain y su esposa-, por eso la deriva y mezcla de géneros es tan verosímil. Sin embargo, la excentricidad que alienta el conflicto del film desciende por unos derroteros, en su última parte, menos admisibles narrativamente, en la medida que Ozon introduce una serie de elementos psicoanalíticos y freudianos poco convincentes; como es el deseo de Claude por la madre de su amigo Rapha yuxtapuesto al abandono de su propia madre en la infancia.

A todo lo anterior, sólo hay que sumarle una sarcástica y legítima crítica a la banalidad de ciertas propuestas de arte contemporáneo, más cercanas a la broma o al diseño que a una obra de interés. Una lástima que Ozon alargue tanto el conflicto y no sepa cerrar las tramas a tiempo, pues la interacción entre relato y vida y cómo teje que ambas se construyan mutuamente está filmado con gracia y de manera sugerente.

Firma: Lourdes Domingo