Everest

Basada en el libro Mal de altura que escribió el periodista Jon Krakauer sobre la famosa expedición de la que formó parte en 1996; Everest retrata la tragedia que sucedió allí en el ascenso a coronar el techo del mundo.

Dirigida a un amplio público y especialmente esperada por los amantes del alpinismo, la película se queda a medio camino, aunque la experiencia del visionado en 3D pueda, inicialmente, asombrar a más de uno.
Rodada una parte en Nepal, en la falda del Everest, y en los Alpes italianos, la potencia visual de las imágenes y el sonido del viento y del hielo, así como la acertada banda sonora, otorgan un resultado envolvente. Pero el film sólo muestra la realidad vista desde los ojos del excursionista extranjero, entre los que, a modo de anécdota, se cuela algún inexperto, ignorante del correcto uso de los crampones.

A Everest le falta una historia potente, con la que el espectador se identifique. Al ser una película coral -hay demasiados personajes-, se diluye el conflicto y, aunque destacan los personajes de Jason Clarke y Josh Brolin, no hay una trama central que estructure la película. De este modo, contemplamos un bello documental y experimentamos el viaje de la expedición protagonista: la llegada al Nepal, cómo se adaptan a las extremas condiciones, la escalada de la gran montaña y la vuelta a casa de los supervivientes.

Las escenas en la montaña se combinan inteligentemente con las de las familias de los dos escaladores protagonistas, y se añade así la poca tensión que encontramos en la película y que podría haberse explotado algo más. En general, los personajes no evolucionan mucho. Sin embargo, cabe destacar las buenas interpretaciones de varios de ellos: Clark, el guía de la expedición; Brolin, duro tejano en busca de algo más; Emily Watson como madre del grupo; Jake Gyllenhaal le da el toque más gamberro y Keira Knightly desde la distancia como esposa embarazada del líder del grupo.

Por otro lado, Everest acaba destacando valores como la familia y el amor como motivación para la supervivencia, la superación y el trabajo en equipo ante el riesgo de morir y el hecho de tener una meta por la que luchar. Como dice Doug, el personaje de John Hawkes, ante la pregunta del periodista: “¿Por qué (subes montañas)? Porque puedo”.

Firma: Begoña Arribas