Hermosas criaturas

Hermosas criaturas es la adaptación a la pantalla de la primera de una saga de novelas fantásticas escritas por Kami García (co-autora del guión) y Margareth Stohl.

Esta puede ser la explicación de que los no iniciados, es decir, los que no hemos leído los libros, nos perdamos entre los hechizos, las maldiciones y los poderes de los “Caster”, la nueva especie de brujos ideados por estas dos escritoras. Y también supongo que será la explicación de que todavía menos entendamos el final. Cuando ya parece que nos estamos aclarando y que todo encaja, en el último minuto hay un desconcertante giro de guión para lograr un final abierto que dé paso a futuras entregas.

El hecho de ser una película basada en una saga de libros sobre amores adolescentes con poderes mágicos conlleva una inevitable comparación con los vampiros de Crepúsculo. Pero es esta comparación precisamente la que convierte a Hermosas Criaturas en una película con cierto valor y casi interesante.

A pesar de sus limitaciones de guión, que ya hemos comentado, el planteamiento es algo más serio que el de los libros de Stephenie Meyer. La pareja protagonista intenta ser distinta del estereotipo adolescente actual: más normal en cuanto a la apariencia física y más intelectual, siendo la lectura y los libros el detonante de su atracción. Por otro lado, entre hechizos y sortilegios, surgen de vez en cuando reflexiones interesantes acerca de la libertad, de la responsabilidad y del amor verdadero en el que no puede faltar el sacrificio. También un breve pero sorprendente y positivo alegato en favor de los humanos, que luchan y hacen frente a las dificultades de la vida sin poder cambiar las circunstancias por medio de conjuros.

Los actores protagonistas no tienen mucha experiencia (y se nota), pero cumplen con su cometido arropados por un más que correcto elenco de secundarios. Destaca Jeremy Irons, que borda su papel, además de que parece tomárselo en serio. No como Emma Thomson, que también cumple con creces pero con cierto histrionismo, sin la contención que supongo reserva para películas “serias”.

No me resisto a concluir sin mencionar el regalo que supone para los cinéfilos ver que se utiliza como modelo de seducción la imagen de la mítica Gilda o el de volver a escuchar para ambientar una cena distinguida, el Summer place de Max Steiner.

Firma: Esther Rodríguez

Extras DVD:

• Audio: español, inglés
• Subtítulos: español, inglés
• Escenas eliminadas
• Detrás de las cámaras
• Trailers