El film se basa en la juventud y primeros pasos de San Ignacio como peregrino hasta que empieza su aventura fuera de España. Este biopic está esperando quizás una segunda entrega, ya que en su relato se pierde la fundación de la Compañía de Jesús y todos sus viajes.
Tal y como han querido remarcar en el cartel “Soldado, pecador, santo”, la película se detiene demasiado en su juventud y tarda en contextualizar al personaje. Mientras se recrea en lo obvio, intenta plantar las bases para que se entienda su conversión aunque, curiosamente la pasa por encima. La trama continúa con el camino de Iñigo en Manresa y se vuelve a encallar en un tribunal de la Inquisición. Sus nuevos métodos, los ejercicios espirituales, le hacen ganarse la desconfianza de la Iglesia, a la vez que se le tacha de iluminado. Sí que es cierto que gracias a este giro en el guión se explica su doctrina y se clarifica la profundidad del cambio que ha habido en él.
Y esta idea en la que se recuesta el guión –la transformación de un hombre– es en la que también yace su fortaleza y debilidad. Para desarrollarla se han usado métodos muy diversos. Desde discursos aleccionadores hasta escenas hechas con ordenador de batallas humanas y espirituales. Pero, en ocasiones, estos temas formales hacen que pierda fuerza por muchos lados. Se pueden excusar estas decisiones debido a un bajo presupuesto y a la gran labor de la Jesuit Communications Foundation. Sin embargo, no se le puede perdonar algún momento a lo Gladiator/El Señor de los anillos que han usado para remarcar la oscuridad del alma. Si no tienes, no muestres.
Rodeada de música española del siglo XV, mucha vela y algún que otro baile de época, seguimos los pasos del protagonista Andreas Muñoz (El espinazo del diablo) y sus buenas obras e inspiraciones que acercarán al público el verdadero carisma jesuita. El resto del reparto, formado por españoles como Javier Godino (El secreto de sus ojos) y Julio Perillán (Vicky Cristina Barcelona), hace aún más de la tierra este film.
Tampoco podemos obviar el “factor amor” que siempre ha de contener una película y más en la vida de San Ignacio. Éste se encarna en un amor platónico que parecía tener el noble hacia Doña Catalina, y que ayuda a clarificar más su conversión, aunque desconcierta un poco cuando aparece en pantalla.
Lo que sí que está claro es que Ignacio de Loyola nos habla de una Iglesia de diferencias en la que, pese a contener contrarios, todos ellos glorifican a Dios. Este mensaje también se lee hoy en día, pues siempre estamos en momentos de cambio. Seguramente, este film gustará a los más acérrimos a la fe que entiendan los métodos del santo, no siempre agradables a la vista, y a los que no, dará de qué hablar.
Firma: Carla Sciamma
Director: Cathy Azanza, Paolo Dy
Guionistas: Cathy Azanza, Emmanuel Alfonso, Ian Victoriano, Paolo Dy, Pauline Mangilog-Saltarin
Intérpretes: Andreas Muñoz, Gonzalo Trujillo, Isabel García Lorca, Javier Godino, Julio Perillán, Lucas Fuica
Género: Biográfico
País: Filipinas
Fecha estreno: 16/06/2017
Lenguaje:
Iñigo, Ignacio de Loyola, es un joven soldado que se ve obligado a renunciar a su carrera militar tras resultar herido en batalla. Postrado en cama y con sus nuevas lecturas, empieza a experimentar un ardiente deseo de convertirse en un santo. Desde entonces, el joven Loyola se encontrará inmerso en una nueva batalla: la de enfrentarse con la incredulidad, el rechazo de la gente más cercana, y la necesidad de luchar por encima de todo contra sí mismo.
Título original: Ignacio de Loyola
País: Filipinas
Duración: 118'
Fecha producción: 2016
Distribuidora: European Dreams Factory
Color: Color