Invasor

Calparsoro ha demostrado a lo largo de su carrera que sabe mantener el ritmo y el interés en las escenas de acción y que le van los thrillers (Ausentes) y los escenarios de tintes bélicos (Guerreros). Con esta historia, basada en la novela de Fernando Marías, se le presenta la oportunidad de rodar la película española sobre Irak.

La amnesia postraumática del protagonista le sirve de excusa narrativa para fraccionar la acción pasada (la acaecida en Irak) a través de flashbacks que mantengan en vilo al espectador, mientras hace sus propias suposiciones. En este sentido, el director barcelonés pero afincado en San Sebastián, consigue mezclar con cierta naturalidad todos los tópicos del soldado que regresa: pérdida de memoria, dificultades para reincorporarse a la vida social y familiar, remordimientos de conciencia y problemas para conciliar en una la ética personal y la militar, conflictos con la autoridad por revelar la verdad de los hechos, etc.

Todo esto se conjuga con una eficaz puesta en escena, marcada por la dialéctica de tonos cálidos en Irak y fríos en Galicia, y por un vigoroso montaje, que no deja de lado los conflictos personales. En este sentido, precisamente en la caracterización de personajes, se echa de menos un perfil más complejo de alguno de los antagonistas, demasiado planos en sus posturas y demasiado cortados a la americana (hombres de negro inclusive).

Firma: Lourdes Domingo