Ira de titanes

Furia de Titanes fue una de las películas más taquilleras de 2011 en EE.UU., por eso, no es de extrañar que ahora nos llegue su secuela. Una película con aires de serie B, mucha testosterona y una malinterpretación sin complejos del mito de Perseo. Menuda novedad. Sin embargo, Ira de Titanes no es un remake y eso se nota en el resultado final, una cinta mucho más libre, con un mejor acabado visual y, en ocasiones, entretenida.

Jonathan Liebesman dirige un film que se centra en las batallas y en la acción para que el espectador se distraiga y olvide que el guión no da tanto juego como el espectáculo visual. Con buenos efectos tridimensionales, la película tiene un buen arranque que se va deshinchando a medida que llegamos a un final exagerado y tópico.

Sam Worthington, Liam Neeson y Ralph Fiennes repiten y a ellos se unen Bill Nighy, Rosamund Pike y Édgar Ramírez interpretando a unos dioses que mueren, literalmente, y a unos héroes egocentristas que se coronan como los únicos salvadores de la humanidad. Por otro lado, Ira de Titanes no engaña en su propuesta y se presenta menos exagerada que su antecesora, Inmortals.

Sin ningún tipo de pretensión, la película busca entretener haciendo apología del antropocentrismo más nihilista maquillado por infinidad de escenas de acción, efectos visuales y unas gafas 3D. Recomendada para los aficionados a este tipo de género.

Firma: Andrea Rodríguez

Extras DVD:

• Audio: español, inglés
• Subtítulos: español, sueco, noruego, islandés, finlandés, danés, inglés para sordos
• Escenas eliminadas