Irrational man

Woody Allen cumple con su habitual producción anual. En este caso, se trata de Irrational man, un híbrido entre el drama y la comedia negra, desde un punto de vista filosófico e intelectual.

La película arranca como una comedia amable, tiznada por ese toque humorístico, relativista y pesimista tan característico del director neoyorquino. Remite a su anterior film, Blue Jasmine, que recorre las miserias humanas ambientadas en el presente, y que habla del sentido de la vida desde el costumbrismo. Sin embargo, a medio metraje, el film da un giro de ciento ochenta grados a causa de un hecho, en principio, fortuito. Pasa a pertenecer a algo parecido al suspense, con un fondo dostoievskiano donde hay crimen incluido. Por tanto, podríamos aventurar que Irrational man cierra una trilogía de asesinatos completada por Delitos y faltas y Match Point.

Aunque la película no puede considerarse un fracaso, como sí lo son otros títulos recientes de Allen, el director parece dirigir esta producción con el piloto automático encendido. El guión, uno de los frecuentes puntos fuertes del realizador, se centra demasiado en los diálogos y monólogos, que pueden llegar a parecer pedantes por su intelectualismo, y deja de lado la estructura, que resulta menos elaborada y acaba dejándonos con aquella sensación de quedarnos a medias.

Joaquin Phoenix y Emma Stone constituyen la pareja protagonista que, ayudados por el excelente y perfeccionista director de actores que es Woody Allen, resultan lo más destacable del film. Sobre todo el actor nacido en Puerto Rico que, como nos suele tener acostumbrados, presenta un cambio físico sorprendente y se encuentra en un punto álgido de su carrera.

Firma: Javier de la Llave