Kingsman: servicio secreto

Análisis

Una de las películas más completas de los últimos meses, una inteligente mezcla de géneros. En primer lugar, espionaje al más puro estilo James Bond o Misión Imposible, con disparos certeros, elegantes trajes, poderosos villanos, atractivas heroínas (o rehenes), kilométricos arsenales bajo tierra, sofisticadas armas y dispositivos y, cómo no, frases irónicas en momentos cruciales. En segundo lugar, una trama de aprendizaje de «pez fuera del agua», la de un joven delincuente de barrio que entra en un mundo de protocolo en el que, aunque no pega ni con cola, acaba encajando debido a la fuerza y el coraje que cultiva, sin darse cuenta, desde hace años.

El último ingrediente del cóctel es el humor, ya sea en forma de guiño, parodia, sátira barnizada de homenaje y cierto tono absurdo y cínico, estilo Coen, subyacente en toda la trama. Esta comicidad se cosecha de forma magistral durante toda la historia, arrancándote una sonrisa en momentos emotivos, una carcajada en momentos inesperados e imprevisibles y un aplauso en algunos puntazos de parodia o crítica social.

Una superproducción en toda regla, en la que Vaughn se toma, además, innumerables licencias de violencia al más puro estilo Tarantino en Kill Bill: hacer de una matanza una sinfonía visual. Estas escenas pueden acabar resultando un poco excesivas, especialmente para el público más sensible, aprehensivo o el menos acostumbrado a la sangre, los golpes y la piel rasgada.

El efecto conseguido por esta obra no hubiera sido posible sin contar con tan brillante reparto. Colin Firth tiene un papel que le sienta como un guante (con traje y pose de gentleman) y Taron Egerton consigue dar con el rol de primerizo que, además, funciona como alivio cómico. Aunque, sin duda, uno de los más destacables es Samuel L. Jackson, en el papel de supervillano excéntrico con planes más descabellados que los de Mortadelo y Filemón. Su personaje es uno de los más divertidos, al menos en la versión original, por su forma de chapurrear el inglés.

La banda sonora sabe acompañar los momentos de suspense y los de acción y tiene un fundamental papel irónico en una de las secuencias más desconcertantes y divertidas. La dirección artística también es más que notable: la estética de servicio secreto está cuidada al detalle, incluida la sastrería que hace de puerta oculta. La ciudad de Londres reluce con orgullo, y la enorme cantidad de atrezo no es nada desdeñable: armas disfrazadas de bolígrafos, paraguas o zapatos, paneles táctiles, aviones, globos de helio y paracaídas.

En definitiva, una película de dos horas que no da pie a mirar el reloj, para ver con amigos y ganas de pasarlo en grande, puesto que entretiene, intriga y hace reír con su transgresión de los clásicos convencionalismos del cine de acción.

Firma: Josepmaria Anglès

ficha técnica

Director: Matthew Vaughn

Guionistas: Jane Goldman, Matthew Vaughn

Intérpretes: Colin Firth, Elton John, Jack Davenport, Mark Hamill, Mark Strong, Michael Caine, Samuel L. Jackson, Sofia Boutella, Taron Egerton

Género: -

País: EE.UU.

Fecha estreno: 27/02/2015

Lenguaje: Coloquial

Público

+16 años

Valoración

Contenido

Humor

Acción

Violencia

Sexo

Un veterano agente del servicio secreto inglés debe entrenar a un joven gángster, hijo de un fallecido ex-agente, para ocupar su lugar y embarcarse en una peligrosa misión de la cual dependerá la supervivencia de la especie humana. Deberán detener los planes de un chiflado magnate, que pretende cometer un brutal genocidio a través de cierta influencia en el mundo de las telecomunicaciones.

Título original: Kingsman: the secret service

País: EE.UU.

Duración: 129'

Fecha producción: 2014

Distribuidora: Fox

Color: Color

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