La Bella y la Bestia

Obra maestra de Walt Disney basada en el cuento de Jeanne-Marie Leprince de Beaumont escrito en 1756. Gran éxito de taquilla en su momento, todavía hoy sigue emocionando y sorprendiendo su técnica. No es para menos, es el primer film de animación nominado a seis Oscar –entre ellos a mejor película–, consiguiendo alzarse con dos premios a la mejor banda sonora y la mejor canción original compuestas por Ashman y Menken.

La Bella y la Bestia posee en pocos minutos uno de los comienzos mejor resueltos del cine. Con una simple vidriera, se nos muestra en imágenes cambiantes la personalidad del príncipe y el porqué de su castigo en una horrible criatura. De modo análogo, se presenta el carisma de su partenaire, mediante una canción. Les acompañan unos entrañables personajes secundarios, los siervos del castillo, que también están hechizados y adoptan las formas de un reloj (Din Don), un candelabro (Lumière) o una tetera (Sra. Potts), entre otros.

Con cantidad de escenas inolvidables, destaca la del salón de baile, donde la combinación de los tradicionales dibujos animados con imágenes generadas por ordenador fue muy innovadora. Además del número musical ¡Qué festín! donde cada objeto, por pequeño que sea, está dotado de vida y personalidad.

Gracias al estupendo guión y a las maravillosas canciones, la evolución de los personajes es creíble, así como el aparentemente imposible enamoramiento entre los dos protagonistas. No hay duda, la principal virtud de la película es que logra mostrar con vehemencia la enseñanza de fondo: la belleza está en el interior.

Firma: Andrea Rodríguez