La casa del tejado rojo

Yôji Yamada tiene más de 80 años y más de 80 películas a sus espaldas. Conocido internacionalmente, sobre todo, a partir de la excelente trilogía del samurai, este director combina el humanismo de sus relatos con la sincera expresión de tradiciones distantes y poco comprensibles para la mirada occidental, e incluso para parte de la oriental actual.

Con el libro de Kyoko Nakajima (Chiisai ouchi) de gran éxito comercial en Japón como inspiración directa, Yamada construye, de nuevo, un guión austero en sus formas pero más intenso en su revelación de sentimientos. El film, que ha vuelto a co-escribir con Emiko Hiramatsu, tiene cierto regusto, salvando las distancias culturales, con la novela decimonónica europea. 

Los marcados roles sociales y familiares de hombre y mujer en el matrimonio, el amor adúltero, los secretos y la culpa, la fidelidad personal y laboral se mezclan con la visión histórica del país que quería ser el imperio más poderoso y que recibió un terrible golpe a sus aspiraciones. La casa del tejado rojo apuntala esta difícil arquitectura de la visión romántica y subjetiva del recuerdo emocional con la del espectador coetáneo, que viste las mismas ropas, prejuicios e intento de mirada objetiva que las del sobrino de Taki en el film. 

Yôji Yamada domina los encuadres, que trabaja coordinando los ejes vertical y horizontal, y el movimiento de los actores. Esta vez, desconcierta la arbitrariedad con la que cambia el punto de vista en los flashbacks de Taki, mientras el resto de su puesta en escena y despliegue de tramas se mantiene coherente con su estilo de reverencia a la tradición y, al mismo tiempo, inteligente integración de la sensibilidad del joven contemporáneo.

Firma: Lourdes Domingo