La estrella

Cuando Alberto Aranda tuvo en sus manos la novela de Belén Carmona basada sobre diversos personajes, temas y peculiaridades de “Santaco” (Santa Coloma de Gramanet), su propia localidad natal, sintió revivir muchos recuerdos de sus primeros años y decidió plasmar aquel título como su “opera prima” para la gran pantalla. Su historial, compuesto de varias cintas en los que intervino en las labores de producción, se vio positivamente reconocido con su cortometraje ¡Mezquita NO!.

La estrella, ésta su primera cinta, es un pequeño canto a la búsqueda de la felicidad personal de una resolutiva y atractiva mujer que, procedente de un pueblo de Andalucía, lleva ya un tiempo con residencia en los aledaños de la gran ciudad y con un humilde puesto de trabajo. Siempre tiene una palabra de aliento para sus semejantes más próximos. Un cálido apoyo para una amiga maltratada, y el espontáneo calor afectivo para su enamorado compañero.

Como suele suceder a las personas que han tenido que trasladarse a otras localizaciones distintas a sus puntos de origen, siguen teniendo permanentemente presentes aquellos momentos, parientes o situaciones que formaron parte de su adolescencia. El verdor de aquel valle, el lento discurrir del agua en el pequeño riachuelo, los cantares y bailes de aquellas tierras, los consejos de la abuela… tantas y tantas costumbres que dejaron atrás al emigrar en busca de un futuro mejor. Pero la realidad no siempre se traduce en su inmediato cumplimiento.

Pero, pese a que el trazado ambiental de la película nos insinúa estos detalles, son patentes ciertos desfases en el tempo y escasa delimitación de ciertas reacciones, con situaciones poco claras, aunque disculpables en una primera obra.

Sobresaliente la interpretación de la actriz Ingrid Rubio. Se ha vaciado con notable acierto en su papel, comunicándole con acentuada profesionalidad su atractiva juventud, sus sinceras ilusiones y un innato amor al prójimo.

Ingrid, brillante estrella.

Firma: Joaquín Guitart