La familia Bélier

Con la pretendida y muchas veces conseguida vitalidad del cine francés, La familia Bélier se presenta como una comedia algo disparatada hasta los 70 primeros minutos. Después, aparece el drama de manera algo abrupta y con un giro de tono que no acaba de encajar.

En este sentido, la tensión que desata la vocación musical de Paula provoca, a su vez, una serie de actitudes paternas y maternas sorprendentemente egoístas y articuladas con poca credibilidad por el guión. Provocadas por el miedo, dichas posturas conducen a las tramas a un terreno tan poco convincente como la persistente y plana caricatura cómica que se hace de la sexualidad adulta y adolescente.

Aunque la película parte de un interesante contraste entre sordos y no sordos en el seno de una misma familia y aunque la escenografía escogida acompaña al tono vitalista y de autoparodia gala, el conjunto resulta artificioso y se resuelve con pasmosa facilidad. Y es que la excentricidad de los Bélier suena y se muestra inverosímil, en parte por la expresa voluntad que pone el film en hacer simpáticamente alocados a sus protagonistas y en parte por la poco agraciada interacción con el drama.

Exitosa en Francia. Incógnita todavía aquí.