La odisea de Alice

Es este el primer largometraje de la directora Lucie Borletau, actriz y escenógrafa francesa. Desde el año 2004 en que inició su carrera cinematográfica, lleva rodados más de quince cortos. En su palmarés figura ya un César a la Mejor ópera prima, así como el Premio de interpretación femenina en el Festival Cinematográfico de Locarno 2014.

Como resumen inicial hay que considerar que, de alguna manera, esta nueva cinta es un film de protagonista. En este caso, la absoluta totalidad del metraje está dedicado al rol a cargo de la actriz Ariane Labed, pero no solo como intérprete ya que en muchos, muchísimos de sus planos hace, además, generosa exhibición de sus atributos femeninos, así como de su facilidad en ofrecerlos en un medio ambiental de difícil contención: un buque de carga en el que, excepto ella, el resto de la tripulación es masculina y el capitán un antiguo amor. Ya pueden imaginarse el resto.

Pese a estas consideraciones previas, los guionistas pretenden hacernos creer que Alice es una mujer que, por lo menos en su corazón, siempre tiene presente a su «prometido» en tierra. Sin embargo, por lo visto (y revisto), cuando se ocupa de sus labores profesionales a bordo del barco, su sexualidad va por otros derroteros de imposible control y contención.

Está claro que productores y directora, bajo el leve pretexto de embarcarnos (y nunca mejor dicho) en esta historia, con la excusa de una psique femenina absolutamente sensorial, nos conducen a un mundo incomunicado, en el que el deseo insatisfecho se muestra sin control y la fidelidad queda hecha añicos.

Aunque, quizás tampoco pretendían otra cosa. Vaya usted a saber….

Firma: Joaquín Guitart