Las chicas de la sexta planta

Procedente de una familia noble, el director francés Philippe Le Guay inició sus primeros pasos en la Academia de Altos Estudios Cinematográficos de París, realizando su primer largometraje Les Deux Fragonard en el año 1989, seguido de otros importantes títulos, entre ellos esta cinta de hoy. Su carrera está complementada con varias apariciones como actor y también con diversas colaboraciones como director de escena.

El argumento de Las chicas de la sexta planta está inspirado en vivos recuerdos de su infancia dentro de una familia acomodada y apoyada por un nutrido equipo de servidores domésticos.

En los años 60, época que refleja la película, fueron muchas las chicas españolas que emigraron a París en busca de trabajo y encontraron solución inmediata a sus problemas empleándose como muchachas de servicio.

Sus dificultades con el idioma, y el trato en ocasiones discriminatorio, están fielmente reflejados en esta película como severas barreras para su vida anímica y social en una ciudad extranjera. Sólo su alegría natural llega a vencer tales dificultades, limando asperezas y consiguiendo contagiar a sus dueños, mientras les confieren una nueva visión de la vida entre seres humanos de diferente clase.

La cinta está resuelta con soltura y en ocasiones con absoluta ingenuidad, para buscar la amable sonrisa del espectador y el convencimiento de que no siempre la sensibilidad y el auténtico cariño están rodeados de lujo y ostentación.

Un guión sin demasiadas pretensiones nos muestra, con natural sencillez, esta historia que ahora nos brinda el cine francés, pero con reminiscencias de “deja vu” y esencias de estilo de alguna película anterior de factura española.

También las chicas de la sexta planta tienen su corazoncito.

Firma: Joaquín Guitart