Les fils de Joseph

Eugène Green, director y actor, nacido en New York y ahora residente en París, es especialista en los films de tipo dramático y barroco. Se le conoce principalmente por su película La Sapienza, dónde utiliza esta obra, ubicada en Roma, para, según sus palabras, dirigirnos a la luz.

En Les fils de Joseph lo vuelve a hacer utilizando el cuadro de El Sacrificio de Isaac y su correspondiente historia bíblica para crear el hilo conductor de la historia dividiéndolo en cinco partes: El sacrificio de Abraham, El Becerro de Oro, El sacrificio de Isaac, El Carpintero y La huida de Egipto.

Es un film basado en imágenes y en la ironía, lo importante es la primera impresión, lo que nos dice y enseña cada escena. Vemos infidelidad, la rebeldía de Vincent típica de un adolescente que en verdad solo busca amor y un sentido a su vida, también las ganas de redención de Joseph, que llevó una vida infame y licenciosa, y el efecto del amor y misericordia de Dios.

El trabajo de los actores carece de vida. Estos son inexpresivos y casi impasibles, apenas realizan gestos, exceptuando en algún momento donde se denotan ciertas expresiones en la mirada. Esto hace que el film transcurra lento y sin apenas ánimo.

Según Eugène, él intenta reproducir la realidad. No quiere rocambolescas actuaciones pero, en realidad, solo consigue pasividad. Por ejemplo, en la última escena, María y Óscar se vuelven a encontrar y la reacción de ella es nula, ni se inmuta, como si nunca se hubiesen conocido. Sin duda, esto no es muy realista. De hecho, incluso ciertas situaciones en la película rayan lo surrealista.

Firma: María Monserrat