Mandela: del mito al hombre

El film de Justin Chadwick (Las hermanas Bolena) va a tener la suerte de estrenarse todavía bajo la positiva influencia que ha dejado la ola de homenajes póstumos a Mandela. Es una suerte porque, de otra forma, la película no destacaría especialmente por su pulso dramático o caracterización de personajes.

William Nicholson -presente en títulos como Tierras de penumbra (de la que fue también autor de la obra obra teatral), Gladiator, Elizabeth: la edad oro y Los miserables– convierte la autobiografía del líder africano en un convencional biopic, sin los aciertos de guión presentes, de manera diversa, en su citada filmografía.

El film retrata a un Madiba de fuerte compromiso social, que supeditó de manera general sus vínculos familiares (incluida su etapa juvenil donjuanesca) a la lucha por llevar la igualdad de derechos entre personas a las leyes de su país. Con esta tónica de fondo y una estructura enraizada en lo más tribal del protagonista, Chadwick sortea sin éxito los límites del telefilm; eso sí, con más medios.

Paradójicamente, su principal problema reside en la perspectiva narrativa adoptada sobre la vida de Nelson Mandela. La mirada es convencional, sin voluntad de saltarse ni un paso de su existencia, y todo eso pasa factura a un guión que se desarrolla con más sentido expositivo que dramático. Con todo, Mandela: del mito al hombre se mantiene como una propuesta correcta para ilustrar, de una manera entre muchas, la longeva biografía de un hombre persistente y marcado también por sus contradicciones.

Firma: Lourdes Domingo