Margaret

Kenneth Lonergan, que ya dirigió la excelente Puedes contar conmigo en el año 2000, ha reunido un importante plantel de primeras figuras para este nuevo reto en el que, con guión de su propia cosecha, lleva a la gran pantalla el eterno tema de la inestabilidad adolescente derivada de problemas familiares y la poca consistencia de las bases morales y educativas en aquellos difíciles años.

Con tal fin, Lonergan contó para el rol protagonista con la profesionalidad de la joven Anna Paquin, premiada con el Oscar y el Globo de Oro en 1993 por El piano y la de su propia esposa, J.Smith-Cameron, prestigiosa actriz de teatro, en el papel de la madre de Lisa. El actor francés Jean Reno y el galardonado Matt Damon complementan en dos importantes papeles el extenso crédito interpretativo.

La trama de la cinta, de larga duración (más de dos horas), se desarrolla en  Nueva York. Esta vez sin repetir en exceso el “skyline” de la gran ciudad, como acostumbra a suceder en otros films, si no en enclaves más apartados de la gran manzana, en los que predominan las casas victorianas, con un aspecto de mayor intimidad, pese a la proliferación del gran tráfico urbano. Esta circunstancia da origen a la trama dramática y eje central del film por las connotaciones que influyen en el carácter de la joven protagonista.

Las distintas conversaciones con su madre, divorciada, y en ocasiones con su padre, al que acude como tabla de salvación, no hacen más que evidenciar la gran dificultad que tiene Lisa en la verdadera adaptación de su propio y revulsivo carácter en el mundo que la rodea. Vive en un mundo irreal que ella misma, sin un verdadero apoyo paterno, se ha autocreado, con el convencimiento de que son los demás quienes no están a la altura de las circunstancias. El punto de mira en el que convergen sus ilusiones y sus desesperanzas es muy débil, con pocas luces para muchos aspectos de su propia existencia afectiva, e incluso para el correcto desarrollo de su propia sexualidad. Quizás por ello se sumerge apasionadamente en el trágico suceso que, definitivamente, le proporciona un cambio radical en su vida, abriendo nuevos horizontes en los que el calor maternal es auténtica realidad y punto clave de esperanzador futuro.

Margaret comenzó a rodarse en el año 2005. Diversos problemas de producción y distribución retrasaron su estreno oficial, con nuevas secuencias, hasta el 2011. Posiblemente esta circunstancia afecta a la dudosa interrelación de algunas escenas, al aspecto físico actual de algunos de los actores y en definitiva a la excesiva duración del film.

Y otro dato a tener en cuenta: curiosamente, el título de la película no corresponde al nombre de la protagonista, sino a la heroína de un famoso verso de Gerard Manley, llamado Primavera y otoño que reflexiona sobre el fin de la inocencia y que comienza así: “Margaret, ¿sientes congoja ante Goldengrove ya sin hojas?…”

Con toda seguridad el guionista y director lo relacionó intencionadamente con el argumento de su obra.

Firma: Joaquín Guitart