Martha Marcy May Marlene

El tema de las sectas siempre resulta atractivo para el cine por su mezcla de drama, intriga, terror, esoterismo, sexo, etc. Tal acumulación de impactos suele hacerlo más adecuado para telefilms sensacionalistas, por eso era de agradecer la apuesta cinematográfica de Sean Durkin. Lamentablemente, el intento en su conjunto resulta totalmente fallido.

En su primer largometraje, tanto como director como guionista, Durkin sorprende por la maestría con la que recrea una atmósfera de angustia y pánico entre bosques, casas solitarias, escaleras sin fin y un frío húmedo que parece calar y paralizar al propio espectador.También es interesante, aunque ni remotamente original, el recurso de los flashbacks para contarnos la estancia de Martha en la secta, encadenando los recuerdos con objetos que unen pasado y presente como el lago, las citadas escaleras o diferentes sonidos.

Pero aquí concluye todo lo positivo que podemos decir la película. Todo lo demás, es decir, la historia ya no hay por dónde cogerla. El guión adolece de una superficialidad asombrosa y en ningún momento profundiza en los personajes ni en las motivaciones, ni en las características de la secta, ni en sus bases o principios. No entendemos entonces qué ha llevado a Martha a ingresar en ella ni tampoco cuál fue el detonante de su salida. Y por lo tanto, tampoco entendemos a qué exactamente tiene miedo.

Se supone que en los flashbacks van dándonos cierta información, pero todos ellos se limitan a mostrarnos, de una manera bastante explícita, las numerosas y sórdidas conductas sexuales de los miembros de la secta, en especial de Martha y Patrick, el líder. Una vez comprobado que estas regresiones al pasado no van a darnos ninguna información, la película se hace tediosa y se arrastra hasta un final abierto por el que no sentimos ya ninguna curiosidad.

Los actores hacen lo que pueden con unos personajes planos donde los haya. La joven Elisabeth Olsen se defiende y destaca –por acabar con algo positivo- Sarah Paulson en el papel de hermana de Martha, el único personaje con matices al que enriquecen y dan cierto interés.

Firma: Esther Rodríguez