Melancolía

Von Trier no es conocido por contar historias alegres. Esta vez, nos trae su particular visión sobre el fin del mundo. Aunque a priori nos imaginemos una película catastrofista y apocalíptica, llena de acción, nada más lejos de la realidad. En su habitual pesimismo, el director realiza un viaje al interior de unos personajes perfectamente definidos. Dos hermanas: dos maneras de afrontar un final que parece inexorable. La resignación y la angustia.

Exquisita en montaje, en localizaciones y fotografía, tiene una puesta en escena digna de admiración, pero es un envoltorio que queda deslucido por el contenido: lenta e inquietante, presenta unas relaciones humanas frías y destructivas y una historia de locura y desequilibrio que más que aportar esperanza al género humano, lo deshumaniza.

El fin. Y después, la nada. Qué manera tan triste de acabar con todo esto.

Firma: Sofía Aróstegui