Murieron por encima de sus posibilidades

Isaki Lacuesta (Girona) estudió Comunicación Audiovisual en la Universidad Autónoma de Barcelona. La noche que no acaba en 2010, El cuaderno de barro y Los pasos dobles en 2011, ésta última premiada con la Concha de Oro en el Festival de San Sebastián, forman parte de su filmografía. Del film que ahora estrena, dice su director que es “una comedia negra con topos de colores”.

Vayamos por partes. Negra sí que es, a pesar de que los “topos de colores” todavía los estamos buscando. Aunque también puede ser que aún no nos hayamos puesto las gafas de ver cine y nos encontremos flotando por los cerros de Úbeda.

Muy, pero que muy difícil ha de ser que, analizando los archivos de la gran mayoría de las filmotecas españolas, pueda encontrarse, en una sola película, un reparto de intérpretes tan numeroso y al mismo tiempo con un prestigio tan conseguido a lo largo de su carrera cinematográfica. Dicen que es porque “ellos”, con su participación, subvencionan el coste de la cinta. Nada que objetar, ya que cada uno hace lo que quiere con su pecunio, pero ¿de verdad leyeron el guión antes de entrar en este desaguisado?

Sinceramente, nos cuesta horrores (y nunca mejor dicho) analizar en profundidad la intención de los guionistas al trasladar a la gran pantalla tal desmadrada exposición de la reciente crisis española. Con decir que una gran parte de las secuencias se desarrollan en un instituto frenopático, y las finales en una absurda embarcación, con una ficticia y descomunal sala en la que habitan, liban y gozan a sus anchas los componentes de las fuerzas vivas que deciden y extorsionan la vida de los pobres trabajadores de un país, como dicen, “muy parecido al nuestro”. Pues ya está todo dicho.

No, si hasta puede ser que parte del público se ría. En este caso, los componentes del extenso reparto coral serán los más agradecidos. Pues… ja, ja… Va por ellos.