Nacido en Gaza

Lo primero que sorprende de este documental es que se estrene en este diciembre 2014 y haya sido rodado tan solo cuatro meses antes. Esta rapidez podría haber tenido como virtud la frescura y la novedad de un acontecimiento tan reciente, sin embargo el resultado final es más de precipitación y de cierta pobreza de materiales y de ideas; algo que se perdona en un telediario pero no en un film que pretende ser un largometraje. Los testimonios, sin dejar de impactar, se repiten casi todos en la segunda mitad, y la cámara lenta llega un momento que parece ser más un modo de alargar la película más que un recurso estilístico.

No obstante, lo que sí sorprende al principio, al final, en medio y bastantes horas después de terminar el visionado es el realismo del drama que nos presenta. La fidelidad con que el realizador se acerca a esos niños, que nos cuentan con sencillez una realidad que, no por ser ya muy conocida, es menos dura y cruel. Y que no dejemos nunca de conocer estas cosas que pasan es fundamental, y solo por eso este trabajo de Hernán Zin ya merece la pena.

Se le podría acusar, por supuesto, de ser parcial o de obviar otros genocidios infantiles que están sucediendo en este momento, y de los que Israel no es culpable. Pero que este documental no sea completo no rebaja un ápice el interés ni la realidad de que medio millar de niños palestinos murieron en tan solo un solo verano.

Firma: Esther Rodríguez