El niño y el mundo

Esta historia de un niño que descubre el mundo, contada y dibujada por el brasileño Alê Abreu, es una de las mejores películas de animación que hemos visto en pantalla en los últimos años. La calidad artística rebosa en cada uno de estos 80 minutos de animación artesanal, llena de colores primarios, dibujos naïf, composiciones caleidoscópicas, música y un ritmo visual que acompaña en todo momento un guión que nos deja con la cabeza helada y el corazón esponjado.

La historia, ideada por el mismo Abreu, es la de un pequeño que ante la ausencia de su padre decide ir en su busca. Simple. Pero atención: el background del asunto despliega una riqueza de matices que interroga de modo feroz al espectador adulto. La mirada infantil de este pequeño nos revela sin acritud un mundo lleno de desigualdades, brutal e injusto, en el que sólo es posible sobrevivir gracias a la familia, la esperanza y la buena fe de los que nos acompañan.

Abreu realiza un resumen preciso y precioso de la actualidad, sin dejar de lado ni uno solo de los temas que nos mantienen preocupados en el siglo XXI. El cambio climático, el paro, la explotación, la falta de recursos, la soledad, el deterioro del planeta o la justicia.

Un film emocionante para cualquier tipo espectador entre seis y 100 años, que dejará a los pequeños encantados con la experiencia estética y a los mayores reflexionando sobre cien ideas a las que deberíamos dar un par de vueltas. A pesar de estar nominada para los Oscar 2016 como Mejor Largometraje de Animación, costará encontrar un cine donde la proyecten. Pero no cejen en su empeño porque O menino e o mundo es necesariamente obligatoria.

Firma: Anna Puigarnau