Peter Rabbit

Los cuentos ilustrados de Beatrix Potter son una referencia para el lector inglés de todas las edades. El estilo de su narración y de sus formas y colores siempre ha revelado no solo ternura y un refinamiento cursi en apariencia, sino un dramatismo y profundidad poco habitual en muchos relatos infantiles del siglo XX.

Desde luego, su tradición se ha ido acomodando perfectamente en las versiones animadas para televisión que se han hecho, mientras su espíritu de respeto y agradecimiento por el entorno rural resulta un valor en alza en los años que corren.

Sin embargo, ahora estamos ante una adaptación a la gran pantalla que pretende atraer al espectador joven y adulto acostumbrado a los grandes efectos especiales, a la perfecta animación en 3D, a la captura de movimiento y a un ritmo vertiginoso dentro y entre planos.

Will Gluck (Annie, Con derecho a roce) y los productores son muy conscientes de a quien se dirigen. Por eso, Roger Rabbit cuenta con el trabajo de Animal Logic (el famoso estudio australiano) para toda la imagen generada digitalmente y, por eso, confecciona una trama en la que la velocidad, el tono de voz elevado, la actitud más combativa y traviesa e incluso las canciones de moda irrumpen en el clásico y sereno mundo de Beatrix Potter.

Sin duda, todavía queda mucho del universo de los cottages y sus valores. De hecho, en el guion de Rob Lieber (Alexander y el día terrible, horrible, espantoso, horroroso) que también revisó el mismo Gluck, sobrevive bastante de ese amor fraterno y del cariño a los animales y a la naturaleza.

Por eso, la película, coherente en cómo mezcla tradición y modernidad de principio a fin, tiene momentos de desencanto (esas coreografías a ritmo de Panamericano de Yolanda Be Cool) y otros de encanto (esas interacciones de los rabbits con el huerto).

Está claro que esa de cal y la otra de arena pretenden contentar y aglutinar al máximo de público. En manos de cada uno de los asientos del cine estará el valorarlo. Mientras se puede decir que el proyecto está muy logrado técnicamente, que tiene cariño detrás y unos actores, en especial Domhnall Gleeson, que lo dan todo para hacer verosímil y emotiva su interacción con los animales.

Firma: Lourdes Domingo