Piratas del Caribe: la venganza de Salazar

Y van… Una vez más los estudios de cine norteamericanos dan vida (ahora por quinta vez) a las espectaculares historias marinas del ya famoso Jack Sparrow. Y de nuevo lo hacen con todos los alicientes de la más impactante creatividad puesta al servicio del cine como diversión visual en su máxima expresión.

El objetivo de los guionistas es que cada plano supere al anterior, tanto en creatividad como en atractivo para el espectador, para sumirle en una amalgama de sorpresas en las que el increíble trabajo del equipo técnico brilla a un grado superlativo.

Como sucede en la mayoría de títulos de este estilo, la truca luce con todo su esplendor, plano sobre plano sin solución de continuidad; hecho que justifica una férrea labor de rodaje, puesta al servicio de una acción trepidante lograda con singular imaginación y profesionalidad.

Por supuesto que estos detalles de orden técnico en la producción transportan la brillantez del cuadro de intérpretes a un segundo plano. En realidad, el personaje de Johnny Deep como Jack Sparrow, aparte de sus dotes interpretativas, sirve más como ilación entre uno y otro episodio de la serie.

Sí, en cambio, merece ser destacada la labor de Javier Bardem como Capitán Salazar. Con una demoníaca caracterización que acentúa su ya singular físico natural, su personaje adquiere una importancia interpretativa que, sin duda, los guionistas de la próxima edición de la secuela deberán tener en cuenta.

En resumen: un film espectacular para los más jóvenes, técnicamente increíble para los mayores y con deseos de continuidad para el personaje del Capitán Salazar. Bardem “for ever”…

Firmar: Joaquín Guitart