¿Qué invadimos ahora?

Tras seis años de ausencia, Michael Moore vuelve de un inmejorable buen humor para desembarcar en las salas de cine con un nuevo documental que, aunque gustará más en USA, para quien reclama algunos olvidados derechos sociales, desatará las carcajadas del público europeo. Y es que su cándida mirada, no desprovista de imparcialidad, desarma la rigidez con la que nos asomamos al género documental y nos proporciona numerosas explosiones de risa y algún remanso de reflexión.

Esta vez, Moore tampoco se corta pero se queda corto al volar de una forma tan superficial, presentando únicamente las bondades sociales propias de algunos países de la UE. En Italia, las vacaciones pagadas, en Francia los suculentos menús del colegio, en Finlandia una vida escolar sin deberes, en Eslovenia una Universidad gratuita y así hasta agotar la lista de ventajas de la mejor de las Europas.

Por eso, el hecho de que obvie las dificultades por las que está atravesando Europa puede resultar un poco molesto. Sin embargo, si no olvidamos que la finalidad de su tragicomedia es despertar al pueblo americano de su letargo social, la película no tiene desperdicio. Es más. Puede que incluso espolee a la vieja parroquia europea a no dejar escapar los logros de una civilización imperfecta que necesita renovar el antiguo compromiso de lograr una sociedad más justa.

Film para cualquier espectador que busque diversión y consciencia.

Firma: Anna Puigarnau